ago 05 2014
Crónica de unos viajes Bicitreneros.
» Escrito en Tus historias por antonio a las 19:43Como dice un lector en la entrada anterior, hace casi un año que no se dice nada desde este blog.
Nos han tenido muy ocupados en otros frentes la DGT y su pésima directora, pero la verdad es que en el de los trenes había poco que decir, solo lo que ya sabemos: que Renfe es una empresa monopolista a la que nadie parece poderle toser, ni siquiera el ministerio de Fomento.
Para probar esto último ConBici decidió mover ficha y hace un mes tuvimos junto con la Mesa Nacional de la Bicicleta una reunión con un responsable de Fomento. Permanecemos pues a la espera de poder contar algo digno de contar.
De momento os dejamos con este relato de nuestro “redactor jefe” sobre los viajes bicitreneros:
Ha pasado un año desde que Renfe empezara a cobrar por llevar bicicletas en sus trenes y nada ha cambiado a mejor, más bien parece que lo contrario. De hecho, la última novedad sobre equipajes de Renfe, es la puesta en marcha junto a Correos de un servicio de recogida y entrega a domicilio de maletas. El modo ferroviario de transporte de pasajeros cuenta respecto a otros servicios públicos de transporte con la ventaja del espacio y sin embargo hay una obsesión por parte de Renfe en quitarse de en medio todo tipo de equipajes.
Desde hace unos pocos años a esta parte, las empresas de reparto ofrecen llevarte la bicicleta “por un módico precio”. Empezó SEUR y le siguió Correos y a Renfe no parece importarle en absoluto la perdida que pueda suponer eso en pasajeros. No todos los días del año están los trenes llenos de cicloturistas pero los diversos caminos de Santiago mueven cada año varios miles de “peregrinos” que echan mano de SEUR, Correos, furgonetas particulares y autobuses de línea para acceder o regresar del camino. De hecho, este año nos encontramos con la “novedad” de que los trenes regionales que unían Madrid con el norte de la península han sido sustituidos por los MD que sólo admiten 3 bicicletas por tren previa reserva de plaza lo que ha disuadido a mucha gente de viajar en tren.
Muchos compañeros de Con Bici están tirando la toalla y más que bicitreneros se están volviendo bicifurgoneteros.
La furgoneta o las empresas de reparto te pueden llevar o traer la bici al comienzo o al final de una ruta, pero no suplen la filosofía de un viaje bicictrenero, de esos que vas empalmando trenes a lo largo de tu recorrido y no solo un inicio y un final.
En lo que va de año llevo dos viajes de este tipo, uno por Andalucía y otro por el norte de España. En todos ellos el recorrido en bici va alternando con recorridos en tren que me permiten, nos permiten a Mary y a mi, cambiar de zona en un mismo viaje. En total nos dejamos entre los dos 370€ en el primer viaje y 310€ en el segundo, pero a Renfe y Feve parece que le importa esto un pito.
Por ejemplo, a finales de mayo hicimos un viaje que contaba con un problema que ha acrecentado la sustitución de los Regionales de toda la vida por los MD: no habíamos reservado tren alguno y nos podría ocurrir que quisiéramos tomar un tren MD y que no quedara ninguna de las 3 plazas de bici. Contando con que mayo no es mes vacacional confiamos en la suerte y salimos de Valencia en un tren Regional Express de la serie 447 hasta Alcazar de San Juan. Esta población es destino obligado para los viajes bicitreneros que tengan como destino Andalucia y se hagan desde Cataluña, Valencia o Murcia. Fue el primer destino a la ida y el último a la vuelta. Al día siguiente tuvimos suerte y pudimos coger un MD 449 que tenía desocupados los ganchos portabicicletas y descendimos una hora después en la estación de Almuradiel-Viso del Marqués en los confines de Ciudad Real con Jaén. Aquí empezaría la ruta en bici que cruzando la Sierra Morena acabaría en Andújar. Tras permanecer unos días en el PN de la sierra de Andújar bajamos a la estación de esta localidad con la idea de encontrar plaza para nuestras dos bicis en el MD 449 rumbo a Cádiz. El taquillero nos vendió nuestros billetes hasta Jerez de la Frontera pero no quiso sacarnos los de las bicis y para rematar suerte, la interventora (muy simpática y guapa) no nos los pidió ni nos los cobró. Cosa que no ocurrió con el Regional Express Valencia-Alcazar del primer día en que el interventor si nos cobró en el tren los billetes bici que no habíamos sacado en la estación del Norte de Valencia con el argumento de que hacíamos un recorrido de más de 100 km. En Jerez estuvimos 3 días en casa de nuestro amigo Jose Manuel un histórico de Valencia en Bici y de la lucha por el bici+tren. Entre Jerez y Cádiz hicimos un par de bicis+tren con los Cercanías. Llegó el día de ir pensando en la vuelta y decidimos hacer escala en Sevilla. Hubo suerte y pudimos encontrar hueco en un MD 449. Al llegar a Sevilla fuimos directos a la venta anticipada para asegurarnos la vuelta al día siguiente pues era viernes y habían más posibilidades de quedarnos sin plaza en el MD. El taquillero se sorprendió de que quedaran dos plazas y al día siguiente en el tren nos encontramos con dos ciclistas más, que hacían a menudo o diariamente el trayecto Sevilla-Córdoba y viceversa. Uno de ellos nos explicó que se había comprado una plegable porque entre ambas capitales viajaba a diario y no podía permitirse el pagar cada vez 3 € por llevar la bici. Este trayecto lo hicimos de pie en el coche 3 junto a las bicis puesto que nos pareció peor el tener que trasladarnos con todos nuestros bultos al coche 5 donde nos habían dado nuestros asientos. Otra novedad negativa porque hace un año, si querías podías en las taquillas elegir asiento en el mismo coche donde van las bicicletas. Aquí también rizamos el rizo de los enlaces. Para salir de Andalucía en bici+tren tienes que coger dos líneas: la Cádiz-Jaén y La Jaén-Madrid, pero no solo eso, sino hacer 6 km en bici para poder enlazar una con la otra, la distancia entre Espeluy (donde paran los trenes Cádiz-Jaén) y la de Mengibar (donde pasan esos trenes sin parar, pero donde sí paran los trenes Jaén-Madrid). Finalmente y tras hacer noche en Alcazar de San juan volvimos a Valencia en un Regional express de la serie 447.
El otro viaje lo realizamos en julio pero en este caso nos reservamos con bastante antelación los billetes del MD entre Madrid y León. A la vuelta nos aseguramos el MD entre Valladolid y Madrid comprándolo 6 días antes en la estación de Oviedo, pues como comentaba al principio, Renfe a eliminado todos los servicios Regional Express entre Madrid y el Norte.
Comenzamos en la estación de cercanías Valencia Sant Isidre donde nos sacaron ida y vuelta en el regional Valencia-Madrid sin cobrarnos los billetes bici a pesar de que hay más de 100 km. En esta estación nunca los venden y ninguno de los dos interventores que subieron en el trayecto de ida nos los cobró, cosa que no ocurrió a la vuelta con el interventor madrileño. Este trayecto está cada día peor, de hecho el año pasado se tardaban 6 horas en hacerlo y ahora 7. Está plagado de limitaciones de velocidad porque la administración en manos del Partido Podrido no se molesta en arreglar los desperfectos de la vía, una tontería si tenemos en cuenta que tienen previsto cerrarla en cuanto puedan.
En fin, salimos a las 7 de la mañana de Valencia y llegamos a las 9 y media de la noche a León, enlazando un tren en Madrid Chamartín. Menos mal que esta estación es bastante accesible a la bici y los intercambios se hacen con facilidad, aunque hay que decir que a la vuelta sufrimos de taquicardia porque al tren de Cercanías que nos llevaba hasta el regional que nos esperaba en Aranjuez para ir a Valencia no le daban vía en los monitores y solo faltaban 2 minutos para que llegase. Bueno, el caso que tras descansar en León, decidimos no coger el regional con destino Gijón que salía a primera hora de la mañana y que pensábamos coger hasta Villamanín y salir más relajadamente por la tarde, con alguno de los más numerosos servicios de la Feve con destino a la Cordillera Cantábrica donde iba a empezar nuestra ruta hacia Asturias. Así pues cogimos un tren de un solo coche y nuevo hasta Matallana. Aquí comenzó la ruta bicicletera de una semana que por la Babia leonesa y el puerto de Somiedo nos llevaría al PN de Somiedo ya en Asturias. Luego y tras pasar el puerto de San Lorenzo bajaríamos por la senda del oso hasta Trubia donde pillamos otro cercanías Feve hasta Oviedo. Tras hacer noche en Oviedo cogeríamos otro cercanías Feve hasta Ribadesella. Estaríamos rodando 3 días por la costa asturiana entre Ribadesella, LLanes y Cangas de Onís y volvimos a coger esta vez un largo recorrido de Feve en Posada con destino Santander. Aquí comenzaron los problemas cuando el taquillero nos contó el rollo de que nos cobraban 3 € al igual que se hace en los Media Distancia de Renfe y que si el cupo de 5 estaba completo no nos dejarían entrar y lo único que podría hacer es devolvernos el dinero del billete. Hasta ahora nuestro trato en Feve había sido al estilo francés: “pas de probleme” y esto nos sonó muy mal sobre todo cuando el tren venía con retraso y el interventor del mismo que era el que había venido en el que hacía el trayecto en dirección contraria, nos manifestó claramente su inflexibilidad con la norma y que en Ribadesella ya habían 3 bicicletas y si en alguna parada intermedia subía alguna más no nos dejaría subir. Llegó el tren, el interventor preguntó al saliente cuantas bicis habían y ante la certidumbre de que solo habían 3 nos dejó subir a un tren también nuevo pero de dos coches. Había un espacio adecuado para incluso alguna bici más del cupo (sin alforjas) pero los 3 que viajaban con sus bicis no eran conmuters sino cicloturistas cargados de alforjas. Entramos y ninguno de ellos se dignó en preguntarnos donde íbamos a parar para así organizar las bicis y ninguno tuvo el detalle de quitar sus alforjas para poder meter con facilidad nuestras bicicletas. Asistieron impasibles a todo el desmontaje de nuestras 4 alforjas y dos bolsones por bici (algo que solemos hacer normalmente) y a ver como aun así teníamos dificultades para amarrarlas junto a las suyas. Cabreado me puse a decir en voz alta: “viva la solidaridad cicloturista”. Solo después de toda la operación uno de ellos nos preguntó donde bajábamos porque si bajábamos en Santander tendríamos que apartar las bicis pues él bajaba antes. En fin, 24 años luchando para que los cicloturistas puedan viajar en los trenes y algunos la verdad no lo merecen.
Antonio Llópez